domingo, 10 de julio de 2011

Guerrero.

A David Oliveros

Quizá nunca has imaginado
lo que llevo consciente de ti,
pues bien, no es mucho
ni poco, es bastante,
como un torbellino de ideas
que se asocia a tenerte
y no tenerte, a estar cerca
y sentirte tan distante.

Mi querido y atormentado guerrero
¿Qué te hicieron que han dejado de hacerte?
que ahora todo es claro,
desde tus días…
viviendo feliz y entregado
sobre un cuarto sin paredes
un lugar ajeno sin tiempo
que se ha vuelto tu casa
tu familia y tu refugio.


Guerrero, sombrío, lejano,
tan contigo mismo
que todos somos tus extraños,
prefiero tu afonía,
lo que me dice tu mirada
lo que tu cuerpo no calla,
el silencio no es incomodo
cuando se esta contigo,
no se si creas lo mismo
y no me importa.

Yo soy la niña, inmadura
fantasiosa, la que sabe
comprender tus silencios.

No soy grande, ni pequeña,
soy la estancia media de la vida;
ni mala, ni buena
ni torpe, ni audaz
ni contigo, ni sin ti.

Extraordinario y controvertido
tu paraíso, igual que tus sueños
esos que te rondan dormido y despierto
los que te asechan constantes y eternos.

Dulce guerrero, ¿Por qué siempre
sabes eso que me hace falta?
que de alguna manera
me hace darme cuenta
que se algo muy profundo
que tu ignoras, aun no se nada de ti,
quizá ahora tenga un principio,
sin embargo quien piensa en el porvenir.

Se quien eres ahora,
pero constantemente
no se que decir de quien eres.

Mi añorado guerrero
empiezo a percatarme
de la llegada de la ausencia
es hora de dejarme
a solas, con tu partida
tu silencio y un cigarro.


1 comentario: